La piel del rostro
tiene características diferentes a la del resto del cuerpo, al ser más
delicada y fina, precisa cuidados más delicados también. En el caso de la
depilación, generalmente los productos que utilizamos para depilarnos otras zonas de nuestro cuerpo como las
piernas, las áxilas o nuestras zonas íntimas, no son recomendables para depilar nuestra cara.
En el caso de la
cera, sí se puede utilizar para eliminar los vellos del rostro, de hecho, es
considerado por la mayoría de las mujeres como uno de los métodos más eficaces.
Sin embargo no todos los tipos de cera son adecuados para la depilación de esta
zona:
- La cera caliente, por ejemplo, puede irritar demasiado la piel e incluso lastimarla.
- La opción más utilizada es la cera fría, sobre todo en bandas.
Sin
embargo, si nuestra piel en particular es hiper-sensible, quizás ninguno de
estos dos métodos sean eficaces, puesto que si nos exigimos mucho podemos
terminar provocándonos manchas y lesiones indeseadas en la cara.
Otra técnica
interesante es el uso de cremas depilatorias. Si no poseen ninguna
contra-indicación para el tipo de piel que tenemos, podemos utilizarlas sin
ningún inconveniente. La única desventaja es que su duración es más corta, es
decir, el vello reaparecerá en un lapso más corto de tiempo que el de las
ceras.
También hay que tener cuidado porque a veces tienen componentes químicos
muy fuertes que pueden afectarnos. En este caso podemos complementarlas con
cremas calmantes post-depilación.
Otro complemento bastante práctico (para
cualquier método depilatorio) son las pinzas. A veces existen algunos vellos
rebeldes que se niegan a abandonarnos, y ésta puede ser una herramienta de gran
utilidad para quitarlos rápidamente.
En la actualidad
también hay un método un poco más complejo que es la depilación láser. La
ventaja es la perdurabilidad, la desventaja el precio. Si elegimos este método,
es recomendable acudir a un especialista para que nos asesore al respecto.
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